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La Directiva de AADEA no se responsabiliza de los comentarios o afirmaciones que aparezcan en esta sección.
CARTA DE BIENVENIDA AL NUEVO PRESIDENTE
Queridos asociados.
Quiero expresar mi inmensa satisfacción por el hecho de contar con el doctor Ignacio Martín Suárez como nuevo Presidente de AADEA. Sus magnificas dotes de organización, demostradas sobradamente en la coordinación del Máster de Enfermedades Autoinmunes, su capacidad de trabajo, que conocemos desde hace mucho tiempo, sus profundos conocimientos en el terreno de las Enfermedades Autoinmunes (y, ya saben, ” quien sabe de lupus, sabe Medicina”), así como sus extraordinarias cualidades humanas que conozco de primera mano después de muchos años de amistad, aseguran un inminente periodo de lo más fructífero en AADEA.
Paralelamente, le agradezco profundamente que me haya pedido colaborar con él en la Secretaría. Es un verdadero honor para mí contar con su confianza y pondré todo mi esfuerzo en ser digno de ella.
Un fuerte abrazo a nuestro nuevo Presidente.
Para él y para todos vosotros mis mejores deseos de muy feliz nuevo año.
Julio Sánchez Román
Secretario de AADEA
Joven desconocida… ¿con lupus?
Volví a encontrármela, hace unos días, hojeando las páginas del suplemento dominical de un periódico. Era ella otra vez. La misma que me llamó la atención, hace muchos años, cuando visité por primera vez el museo Thyssen –Bornemisza de Madrid: la “joven dama con rosario en las manos”. Aquella mujer, no identificada, que retrató Peter Paulus Rubens entre 1609 y 1610 (Figura 1).

“Esta chica, pensé entonces, tiene un lupus”. Al verla de nuevo, ahora, tuve la misma impresión. Así que, al pronto, desde la misma cafetería en la que estaba desayunando, se me ocurrió plantear una sesión clínica de urgencia, esponsorizada por el doctor Google, para ver si encontraba alguna opinión, que coincidiera con la mía, acerca del posible diagnóstico. Dicho y hecho, móvil en mano, tecleé varias mescolanzas con las palabras “joven”, “rosario”,“Rubens” y “lupus”. ..
Et voilá! Me apareció la misma foto y una detallada reseña en el blog de Xavier Sierra Valentí, doctor en Medicina, Dermatólogo y Licenciado en Humanidades (como informa su perfil), que adelanta un diagnóstico sobre esta paciente. Como “cerezas y mentiras, una de otras tiran…” comencé a tirar del hilo de esta primera página y me entero de que el doctor Sierra, que acaba de ser elegido Académico de la Reial Acadèmia de Medicina de Barcelona, es autor de numerosas publicaciones (libros, artículos…) en el terreno de la divulgación de la historia de la Dermatología. Además de llevar al día su interesantísimo blog “Un Dermatólogo en el Museo” (http://xsierrav.blogspot.com/). Blog que yo, lamentablemente, no conocía pero del que me acabo de hacer seguidor asiduo.
Pero…no divaguemos y vamos a concretar. Esto es lo que opina el doctor Sierra en lo que se refiere a diagnóstico, después de comentar detalladamente los aspectos artísticos de la pintura: “…Sus mejillas aparecen claramente enrojecidas, y con discretos relieves de la superficie cutánea, lo que nos permite suponer la presencia de una rosácea, aunque no son totalmente descartables otras patologías como el lupus eritematoso, que produce un eritema de color rosado en forma se mariposa bastante parecido. Lamentablemente, al faltarnos más datos de su historia clínica no podemos dilucidar claramente el diagnóstico”.


Mi opinión, sin embargo, es más concordante con la última opción que menciona el doctor Sierra: el lupus eritematoso. Más aún, un lupus eritematoso sistémico. Las distribución del eritema facial, simétrico, en las dos mejillas (Figura 2) y, detalle importante, respetando el surco naso-geniano (Figura 3) me parece (que me corrija el doctor Sierra si me equivoco) más propio de un lupus que de una rosácea.

Pero Dejarnos llevar solo por el aspecto de la cara, para establecer un diagnóstico, podría ser un poco equívoco. Repasando otras obras de Rubens, podemos comprobar que el pintor tenía una afición especial por retratar chicas mofletudas y de buenos colores (Figura 4)

¡No todas van a tener lupus! Pero, en el cuadro que hoy nos ocupa, encontramos también otros detalles que nos permiten afianzar dicho diagnóstico. En mi opinión hay un evidente edema de los párpados que nosorienta hacia una afectación renal en fase avanzada (Figura 5), un síndrome nefrótico.

Y ahora prestemos atención a las manos (Figura 6); concretamente al dedo medio de la mano derecha. A esa desviación extraña de su última falange, hacia arriba, “huyendo” de la palma ¿No les parece la deformidad típica, “en boutonniere”, propia de la artropatía de Jaccoud (esa forma de artritis, no erosiva, frecuentemente observada, hasta en un 10%, en pacientes con lupus)?
Resumiendo: encontramos en esta “paciente” (permítanme considerarla así) signos de afectación cutánea: eritema malar, en alas de mariposa, además fotosensible (respeta la profundidad “más sombría” y protegida de la luz del surco naso-geniano); muy probables signos de afectación renal (edema de párpados); signos de afectación articular (por lo menos a mí me lo parecen) y… una expresión triste en su mirada, de sufrimiento resignado (¿o es mucho imaginar?) que no neutraliza su tímida sonrisa, propia de una enfermedad crónica como es el lupus eritematoso sistémico.
Para confirmar este diagnóstico sería necesario un análisis de anticuerpos antinucleares. Pero existen dificultades técnicas de momento insalvables. No sólo porque necesitaríamos una máquina que nos permitiera retroceder en el tiempo (eso es lo de menos: todo se andará) sino porque se trata de una joven “desconocida”. Rubens no nos dijo nunca su nombre y, así, no hay manera de acceder ni a su DNI ni, esto es lo más importante, a su número de la Seguridad Social. Lo dicho: así no hay manera.
Si se plantean ustedes otro diagnóstico, alternativo al de rosácea o al de lupus eritematoso sistémico, tienen abiertas estas páginas para exponerlo. Se lo agradeceríamos muchísimo. El doctor Sierra y yo.
Julio Sánchez Román
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Julio Sánchez Román es internista, fundador de la Unidad de Colagenosis e Hipertensión Pulmonar del Hospital Virgen del Roció de Sevilla y ex –Presidente y, actualmente, Secretario de AADEA.
INVITACIÓN A UNA MAYOR PARTICIPACIÓN EN REDES SOCIALES (13 de agosto de 2019)
Estimados socios,
Desde el Otoño de 2017 estamos presentes en las redes sociales (Facebook y Twitter), actualizando nuestras actividades y publicando bibliografía, concerniente a las Enfermedades Autoinmunes, que implican a tantas y diferentes especialidades.
Disponemos de casi 300 seguidores.
Nos gustaría recordaros esta actividad, animaros a que la uséis e interactuéis con nosotros, esperando os sea de vuestro agrado en vuestro día a día asistencial y científico.
Un saludo
Adoración Martín Gómez.
Coordinadora de Relación con Otras Asociaciones
Responsable de Interacción con Redes Sociales.
AADEA
LOS “POLVOS DE LA CONDESA”

El 19 de julio de 1623, tras la muerte del Papa Gregorio XV, se reunió un cónclave compuesto por cincuenta y cinco cardenales para elegir a su sucesor. El 6 de agosto, por una mayoría de 50 votos, resultó electo el Cardenal Maffeo Barberini, que tomó el nombre de Urbano VIII. En aquellas fechas, una tremenda epidemia de fiebres, atribuida al ambiente enrarecido de la ciudad (“mal aria” = mal aire) azotaba Roma. Diez de los cincuenta y cinco cardenales que intervinieron en el cónclave fallecieron. El mismo Papa, también afectado por la fiebre, tuvo que retrasar su coronación hasta el 29 de septiembre y, poco después, encargó a los jesuitas que buscaran por todas partes un remedio para la enfermedad. Agustino Salumbrino, jesuita italiano y primer farmacéutico del Colegio Máximo de San Pablo de Lima, observó que en Perú y Ecuador, desde tiempo inmemorial, los indígenas utilizaban la corteza de un árbol (que llamaban cascarilla, hoy árbol de la quina) como medicamento y, muy especialmente, para combatir los escalofríos provocados por las bajas temperaturas.

Por analogía, los jesuitas empezaron a usarla para tratar los escalofríos de las fiebres intermitentes conocidas en España como cuartanas y tercianas (décadas antes del descubrimiento del vector del paludismo). Los jesuitas guardaron por algunos años el secreto, pero trataban a todo el que era atacado de tercianas y acudía a ellos. En 1631, Salumbrino encargó al, también jesuita, Alonso Messia Venegas que llevara este remedio a Roma desde donde luego fue difundido y comercializado por los jesuitas: Juan de Lugo, Cardenal y Procurador General de la Compañía en Roma, llevó en 1650 el polvo de quina a Francia, recomendándola a Mazarino para la curación de Luís XIV.

Otras informaciones afirman que el boticario inglés Robert Talbor usó el polvo de quina como remedio
secreto y elixir de larga vida, y con él curó al rey Carlos II, y vendió los derechos de su remedio secreto a Luis XIV en más de 2000 luises de oro, pero sin desvelar su composición, a pesar de que el rey, llegó a ofrecerle una renta vitalicia.

Otra historia o leyenda asegura un origen un poco distinto. Felipe IV nombró Virrey del Perú a Luis Jerónimo Fernández de Cabrera Bobadilla y Mendoza, IV conde de Chinchón. El virrey llegó a Lima el 14 de enero de 1629, y cuatro meses después llegó su segunda joven esposa, doña Francisca Enríquez de Rivera, al parece, aunque no se conservan retratos de ella, una mujer bellísima (no la confundamos con la XV condesa de Chinchón, sobrina de Carlos III y desgraciada esposa de Godoy, retratada en 1800 por Goya ni con otro retrato supuestamente suyo que, en realidad, parece que corresponde a la tristemente célebre condesa Erzsébet Báthory, la “condesa sangrienta”). En 1997, la Agrupación de Amigos de Chinchón, le erigió un busto, probablemente muy idealizado, obra del escultor Antonio Ballester, en la Plaza de Palacio de ese pueblo.

El caso es que la condesa se sintió muy cansada, lo que se atribuyó en principio al largo y penoso viaje, y al parto de su segundo hijo durante el mismo, pero pronto comenzó a desarrollarse el cuadro clínico típico de las fiebres tercianas.
Diego Torres de Vázquez, jesuita y confesor del virrey, le comunicó a este que existía un remedio que empleaban los indígenas para curar las fiebres: un indio de Loja (en el sur de Ecuador), Pedro de Leyva, atacado de fiebres tercianas (llamadas por los incas fiebres del valle del Rímac), le contó que bebió de un remanso en cuyas orillas crecían algunos árboles especiales, la cascarilla, tras lo que se curó.
Entonces, le dio a beber a otros enfermos de fiebres agua de cántaros en los que depositaba raíces de cascarilla con excelentes resultados.
El médico de los condes, el catalán Don Juan de Vega, una eminencia reconocida, no se atrevió a usar este tratamiento, desconocido para la ciencia de la época, directamente en la condesa. Así que decidió realizar “un ensayo clínico” entre los enfermos del hospital de Lima. Comprobó que los enfermos mejoraban de forma espectacular y, dado que el estado de la condesa era cada vez más alarmante, se decidió a emplear en ella (“off label”) el misterioso mejunje. Haciendo un inciso, probablemente se lo hubiera impedido cualquier comisión de farmacia de nuestro tiempo por falta de “evidencia científica”. El caso es que la virreina se curó y se encargó de facilitar el mismo tratamiento a todos los enfermos de fiebres tercianas de Lima que, en agradecimiento, denominaron al medicamento “los polvos de la condesa” (o, también, “polvos de los jesuitas”).
Una variante de este episodio es que el remedio, mantenido en secreto por los indios, le fue suministrado a la condesa por una criada indígena que, al ser descubierta, fue acusada de envenenar a la virreina, escapando del castigo gracias al padre de la chica, que reveló el secreto, y a la
insistencia de la condesa declarando su curación.
Hay un estudio interesantísimo acerca del virreinato de los condes de Chinchón, del investigador Manuel Carrasco Moreno, que llega a considerar como una simple leyenda la participación de la condesa en todo este asunto pero, como dicen los italianos: “se non è vero, è ben trovato”. Sea realidad o fantasía, el naturalista sueco Carl von Linnè (Linneo), en 1742 en su obra “Genera Plantarum” bautizó con el nombre de “Cinchona” o
“Chinchona” al árbol de la quina, como homenaje a la intervención de la Condesa de Chinchón en su descubrimiento.
No obstante, no fue del todo fácil la introducción de la quina en Europa, donde los jesuitas comenzaban a estar bastante mal vistos. Según Mendiburu, su uso encontró fuerte oposición en Europa y, en Salamanca, se sostuvo que caía en pecado mortal el médico que la recetaba, pues sus virtudes eran debidas a un pacto de los peruanos con el diablo. Por otra parte, el reputado médico Luís Enríquez aseguraba en su “Tratado de las intermitentes” que con un régimen basado en el gazpacho, las bebidas heladas y los zumos de naranjas y limones, no se precisaba recurrir a la quina. Pero no sólo en España se dio esta oposición. En Inglaterra, Cronwell, el Lord Protector, se negó, lógicamente, a tomar nada que tuviera relación con los odiados papistas,
a pesar de estar atendido por Sydenham, uno de los mejores médicos ingleses de todos los tiempos, y murió en 1658 de paludismo. En nuestro país falleció de tercianas Diego Velázquez de Silva (en 1660) sin tratarse con los “polvos”. Fue Carlos II el primer rey español en usarlos, en 1697 y, a partir de entonces, su empleo se fue extendiendo lentamente. Una dificultad añadida al consumo de la quina era el terrible sabor amargo que poseía (“más malo que la quina…!” ). Por ello, más adelante, los boticarios se esforzaron en disimular dicho sabor añadiendo diversos componentes a las píldoras de quinina: : lo que dio lugar a la expresión “dorar la píldora”.
En el siglo XVIII se rompen las trabas primitivas y se produce la mayor difusión de la planta como bebida reconstituyente. De Perú y Ecuador partían naves cargadas con ejemplares de la preciosa planta hasta Indonesia donde eran trasplantados, originando así un monopolio de abastecimiento de un
remedio “para todo”.
En 1817, los franceses Pierre Joseph Pelletier y Joseph Bienaimé Caventou lograron aislar y extraer el principio
activo de la corteza de la cinchona, la quinina. Producido en forma de pastillas, este principio activo comenzó a ser distribuido en las colonias europeas en África y Asia, donde la malaria causaba grandes estragos. No repetiremos aquí la historia de los descubrimientos de diferentes antipalúdicos de síntesis ni sus las propiedades sobre la agresión autoinmune :ya se hizo en las páginas “serias” del Master.
En 1783, Johann Jacob Schweppe, joyero de origen alemán residente en la ciudad suiza de Ginebra, inventó un sistema eficaz con el que introducir burbujas de dióxido de carbono en el agua envasada en botellas (procedimiento basado en los experimentos de Cavendish). La compañía fundada por Schweppe, a la que puso su nombre, se estableció en Londres, capital europea de la época, donde el agua con gas hizo furor. No fue hasta 1870 cuando, a partir del extraordinario crecimiento que había tenido la producción de jarabes medicinales en la farmacia anglosajona, J. Schweppe & Co tuvo la idea de incluir la ya descubierta quinina en la soda carbonatada de naranja para producir agua tónica; una bebida que además de refrescante se consideraba era un medicamento para combatir el paludismo. La tónica se populariza a partir de entonces convirtiéndose en bebida de moda. Pero una bebida, por muy y saludable que sea, que no contiene nada de
alcohol, puede admitirse en la vida civil, pero dudosamente en la militar. Por ello, para celebrar las sucesivas victorias de las tropas británicas en la India, un alto oficial de aquel país propuso añadirle ginebra a la tónica para fabricar un combinado alcohólico.
Otra versión del origen asegura que el combinado de ginebra con tónica (el “gin tonic”) procede de los soldados británicos que para conseguir tragar la odiosa quinina, con la que prevenían el paludismo, la disolvían en agua con zumo de lima, azúcar y un chorro de ginebra para disimular su sabor.
Con el paso de los años, el uso terapéutico de la tónica ha desaparecido. Su consumo recreativo junto a la ginebra, en cambio, es cada vez más popular. Hoy en día, el gin-tonic sigue siendo muy aceptado aunque la mayor parte de las tónicas que se encuentran en el mercado han sustituido la quinina por emuladores de sabor y edulcorantes.
El extracto de quina se emplea también en la elaboración jarabes que potencian el aroma de algunas bebidas alcohólicas. Hace varias décadas, en España se empleaba en vino de quina (las famosa “Quina San Clemente” y “Quina Santa Catalina”) para aumentar el apetito de los niños, práctica extinguida en la actualidad, aunque se encontraba muy extendida en todo el país, en ausencia de medicamentos que estimulasen el apetito de los críos.
Bien, un saludo a todos y un respetuoso recuerdo a la condesa (que no se os olvide) de Chinchón.
Julio Sánchez Román
CUADERNOS DE AUTOINMUNIDAD CUMPLE 12 AÑOS.
A las 17:00 horas del día 3 de Septiembre de 2005, en Antequera, comparecimos 14 profesionales relacionados con las Enfermedades Autoinmunes desde diferentes campos de la salud, con el objetivo de fundar la Asociación Andaluza de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas (AADEA), cuyos fines principales son:
- Promover el estudio y el avance en el tratamiento y la prevención de la patología autoinmune.
- Promover la investigación básica y clínica en este campo.
- Favorecer y mantener un acercamiento interdisciplinario entre grupos de trabajo clínico e investigadores en el campo de las Enfermedades Autoinmunes, a través de congresos, encuentros científicos, grupos de estudio, conferencias, seminarios y otros medios disponibles.
- La divulgación científica de los resultados obtenidos a los ciudadanos en general, con el uso de todos los procedimientos que se consideren útiles para tales fines.
- Prestar su asesoramiento a los organismos y entidades públicas y privadas, regionales, nacionales y extranjeras, de finalidad similar y en especial, a las que se dediquen a la investigación, formación y selección de personal especializado en temas de patología autoinmune.
El 23 de Marzo de 2006, la Asociación fue inscrita en el Registro de Asociaciones de Andalucía con lo que se daba soporte legal a las actividades que veníamos realizando hasta entonces y que íbamos a realizar en los años venideros. Pronto comprendimos que era fundamental disponer de una revista periódica que sirviera de órgano de comunicación de la Asociación. Así nació, unos años más tarde, Cuadernos de Autoinmunidad, cuyo primer número vio la luz en Febrero de 2008. De entre los posibles formatos nos decidimos por el que hemos seguido manteniendo durante estos 12 años: incluir dos artículos de fondo, escritos por especialistas en los temas tratados, uno de contenido más clínico y otro más de investigación básica, para expresar la voluntad de la Asociación de aunar estos dos puntos de vista, lo que es fundamental para progresar en el conocimiento de estas enfermedades. Incluimos, además, comentarios de artículos seleccionados por nuestros “reporteros habituales” a partir de la bibliografía internacional: lupus, artritis reumatoide, esclerodermia, síndrome antifosfolípido, vasculitis,… La publicación tuvo una aceptación notable por parte de los profesionales interesados en las enfermedades autoinmunes y se hicieron tiradas en papel de más de 300 ejemplares. En los últimos años, como han hecho otras publicaciones científicas, pensamos que el formato “papel”, aunque a la mayoría nos produce una sensación de “bienestar” especial, implica un impacto ambiental negativo y un dispendio económico, por lo que optamos por la edición electrónica.
Además de los números tradicionales hemos hecho algún monográfico, como los dedicados a inflamación ocular o enfermedad de Behçet y también ha servido de soporte para tres libros de casos clínicos a partir de los presentados por los alumnos del Máster de Enfermedades Autoinmunes, patrocinado por la AADEA, y que ya cumple su 4ª edición.
Es una tremenda satisfacción, cuando participamos en foros dedicados a las enfermedades autoinmunes, la referencia que siempre se nos hace de la revista. Los artículos de fondo son especialmente apreciados, pero también lo son las revisiones de la literatura. De un vistazo te permite una actualización en la patología autoinmune con una llamada de atención sobre publicaciones recientes que, si te interesan, localizas en los buscadores tradicionales.
Es de destacar el compromiso de los colaboradores. De un modo totalmente desinteresado, Cuadernos ha contado con la participación de internistas, reumatólogos, nefrólogos, hematólogos, pediatras, inmunólogos, digestólogos, dermatólogos, oftalmólogos y genetistas, entre otros. Esa participación siempre ha llegado de forma puntual a lo largo de los años y es un ejemplo de la forma de colaborar entre especialistas.
La experiencia de todo este tiempo no puede ser más positiva y creemos fundamental mantener la publicación. La incorporación, a lo largo de los años, de nuevos colaboradores ha contribuido a mantener el impulso y asegura su supervivencia.
Por último solo me queda dar las gracias a todos los que han hecho posible la publicación, sin olvidar a la industria que en nuestros inicios jugó un papel fundamental. Esperemos que Cuadernos cumpla otros 12 y muchos más años.
Doctor Norberto Ortego Centeno
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Norberto Ortego Centeno es Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granad, en la que actualmente es Profesor Titular en el Departamento de Medicina. Especialista en Medicina Interna, dirige actualmente la Unidad de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario San Cecilio, de Granada. Con una temprana vocación, dedicación y experiencia en enfermedades sistémicas, el doctor Ortego ha sido el principal impulsor de la AADEA, su primer Presidente y actualmente Presidente Honorario. Coordina,asi mismo, nuestra publicación “Cuadernos de Autoinmunidad”.
MASTER DE ENFERMEDADES AUTOINMUNES AADEA-UNIVERSIDAD DE HUELVA: 4 EDICIONES Y 7 AÑOS (9 de agosto de 2019).
Ya han pasado 7 años desde que, en marzo de 2012, fruto de las conversaciones existentes entre la Asociación Andaluza de Enfermedades Autoinmunes (AADEA) y la Universidad de Huelva, concretamente con el Departamento de Biología Ambiental y Salud Pública de la Facultad de Ciencias del Trabajo, surge el proyecto de desarrollar un Máster de Enfermedades Autoinmunes.
Este departamento ya contaba con una amplia experiencia en actividades formativas de postgrado, con un gran desarrollo en másteres y con la consecuente infraestructura informática y de secretariado para poderlos llevar a cabo, y, además, con un historial de colaboraciones docentes con el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva que venían desarrollándose ya desde hacía tiempo, lo que había fructificado en la promoción de diversos másteres y títulos propios organizados conjuntamente, como es el Máster de Metodología de la Investigación en Ciencias de la Salud, que organiza el Dr. Mariano Aguayo junto con el Dr. Carlos Ruiz Frutos, Profesor Titular del Departamento anteriormente citado. Máster que va ya por su séptima edición con gran éxito.
Forma parte esencial de la existencia de AADEA su vocación docente y científica (congresos, simposios, cursos, publicaciones propios…). La idea de poder extender nuestra actividad, en este terreno, mediante el desarrollo de un máster propio sobre enfermedades autoinmunes, llenó a la asociación, y a mí mismo, de una gran ilusión. Con su puesta en marcha, se culminaría nuestro ya extenso programa de formación.
El sus inicios, la creación de este máster supuso un enorme esfuerzo programático en un corto espacio de tiempo para que pudiera iniciarse en el siguiente curso académico. Una vez más, la experiencia acumulada por el Departamento de Biología Ambiental y Salud Pública, en el desarrollo de actividades formativas, nos sirvió de gran ayuda para el primer impulso y para sortear los innumerables obstáculos administrativos y docentes de primera línea. Se estableció, en las conversaciones iniciales con la Universidad de Huelva (una vez analizada la situación docente, sobre la escasa oferta existente en España, en ese momento, de másteres de enfermedades autoinmunes), que su estructuración sería semipresencial y dotada con 90 créditos ECTS (unas 2500 horas lectivas). Nuestro objetivo era llevar a cabo un abordaje integral de las enfermedades autoinmunes, estudiando, entre otros aspectos, su epidemiología, fisiopatología y genética, además de incidir, en forma extensa y avanzada, en los diferentes aspectos clínicos que atañan a este tipo de patología. Se planteó también que se pudieran dotar a los alumnos de las herramientas necesarias sobre metodología de investigación y estadística para elaborar un trabajo de investigación sobre enfermedades autoinmunes, como trabajo fin de master. Todo ello, con una interacción online, continua y presencial, en diversos encuentros con el profesorado.
Con todo ello y un gran esfuerzo de todos, surge la primera edición del MASTER DE ENFERMNEDADES AUTOINMUNES DE LA UNIVERSIDAD DE HUELVA-AADEA
Esta primera edición concluyó con gran éxito, tanto en el número de alumnos que lo cursaron como en el interés y satisfacción mostrada por todos ellos. El apoyo de la industria farmacéutica a través de becas para diversos alumnos interesados en llevarlo a cabo fue de gran valor en estos difíciles comienzos.
El éxito y el interés suscitado por la primera edición nos permitieron continuar desarrollando las siguientes así como sortear el menor apoyo económico de la industria, consecuencia de la grave crisis económica que estaba desarrollándose en esos momentos.
Nos encontramos actualmente en pleno desarrollo de la cuarta edición de este máster. Durante todas ellas se han ido perfilando y actualizando los diversos programas docentes siempre dotados con 90 créditos, divididos en dos periodos: uno que abarca 60 créditos y que comprende todo el desarrollo teórico-práctico anteriormente comentado, y un segundo periodo, de 30 créditos, donde se desarrollará el trabajo fin de máster para el que, al igual que en ediciones previas, podrá elegirse entre el diseño de un trabajo de investigación o una revisión bibliográfica exhaustiva sobre aspectos concretos de las enfermedades autoinmunes.
Haciendo gala del espíritu de AADEA el amplio abordaje de las enfermedades autoinmunes se ha llevado a cabo desde un punto de vista multidisciplinar. Para ello han participado profesionales de diversas especialidades médicas y de áreas básicas de investigación.
A diferencia de ediciones pasadas, en esta última el máster ha pasado a desarrollarse de forma completamente virtual. Si bien los encuentros presenciales de ediciones previas han sido muy bien valorados por los alumnos, la dificultad de poder acudir a ellos, en muchos casos desde grandes distancias, nos ha impulsado a avanzar en la integración del contenido de estos encuentros en la estructura y calendario académico del máster, de forma completamente virtual. Con este cambio, se ha ampliado considerablemente el número de alumnos internacionales (de Europa y América) matriculados.
Estamos enormemente satisfechos en AADEA por el desarrollo de esta actividad docente, capital si cabe, dentro de la asociación. Confiamos en poder seguir generando el mismo interés e ilusión en todo el profesorado (al que agradezco su constante espíritu de colaboración) y en los alumnos, para hacer posible que continúe con futuras ediciones el MASTER DE ENFERMEDADES AUTOINMUNES DE AADEA-UH
Un cordial saludo
Dr. Ignacio Martín Suárez.
Ignacio Martín Suárez en Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla. Especialista en Medicina Interna, dirige actualmente la Unidad de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas del Servicio de Medicina Interna del Hospital Juan Ramón Jiménez, de Huelva. Con una temprana vocación, dedicación y experiencia en enfermedades sistémicas, el doctor Martín Suárez es Socio Fundador y Vocal de AADEA por Huelva. En su calidad de Coordinador Docente del Máster Enfermedades Autoinmunes AADEA-UH, tiene el indiscutible mérito de haber sido el impulsor de su creación y desarrollo. AADEA quiere expresarle desde aquí nuestro agradecimiento por su constante y tenaz dedicación al Máster, uno de los principales logros de nuestra Asociación. Prescindiendo de formalidades, una vez más: gracias Ignacio.
PRESENTACIÓN DE UNA NUEVA GUÍA DE TRATAMIENTO EN ENFERMEDADES AUTOINMUNES.
Mi maestro y amigo el Dr. Julio Sánchez Román me solicita unas líneas que sirvan de presentación de nuestra “GUÍA PRÁCTICA para el manejo de fármacos inmunosupresores y terapias biológicas en enfermedades autoinmunes”.
A las dificultades inherentes para el abordaje clínico de estas patologías y que podemos concretar en: –naturaleza sistémica, evolución en brotes y poco previsible, aparición simultanea o aditiva de varias entidades en el mismo paciente y presentación frecuente en mujeres de edad fértil–, hemos de añadir las derivadas de la elección y adaptación, a lo largo del curso evolutivo, del tratamiento idóneo que, necesariamente, ha de atender tanto a las manifestaciones propias de la enfermedad autoinmune, como a las diferentes complicaciones y a los efectos indeseables derivados del mismo.
En los últimos años, se han añadido a los fármacos clásicos nuevos tratamientos biológicos y biosimilares, que en muchas ocasiones nos vemos obligados a utilizar fuera de las indicaciones recogidas en ficha técnica y, también, hemos aprendido a posicionar mejor a los viejos aliados como los esteroides, la hidroxicloroquina o la ciclofosfamida.
Con la intención de disminuir la incertidumbre y facilitar nuestro trabajo, especialmente en el área de consultas, tuvimos la idea de solicitar a los compañeros de las diferentes especialidades médicas del servicio de Medicina Interna, con mayor experiencia en el uso de los diferentes fármacos, un breve resumen que sirviese de soporte a las decisiones del resto de compañeros.
Cuando recopilamos los diferentes capítulos vimos que el resultado del esfuerzo colectivo superabalas previsiones iniciales y nos animamos a publicarlos en formato PDF, en principio para uso interno.
La buena acogida y el estímulo de compañeros de otros centros nos animó a publicar, con el apoyo económico de GSK, una segunda edición, en papel, que ha sido bien acogida por el grupo de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas de la SEMI.
Es para nosotros una gran satisfacción poderla presentar, en formato PDF, en la web de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Autoinmunes –AADEA–, pilar básico para el conocimiento de la patología autoinmune en nuestro país y fuente de conocimiento tanto en sus actividades presenciales, como en los Cuadernos de Autoinmunidad.
Deseamos que nuestra pequeña aportación resulte de utilidad a los profesionales y, por tanto, a los pacientes que dan sentido a todas nuestras inquietudes.
Un afectuoso saludo.
Firmado: Francisco Román López Andreu
(El doctor López Andreu es Jefe del Servicio de Medicina Interna y Coordinador de la Unidad de Enfermedades Autoinmunes del Hospital General Universitario Reina Sofía, de Murcia)
ENFERMEDADES AUTOINMUNES: NECESIDAD DE UNA MULTIDISCIPLINARIEDAD CONSCIENTE Y REAL.
Antes de iniciar mi reflexión de esta no fácil tarea, he de agradecer y culpar a la vez al Dr.Julio Sanchez Román por ofrecerme este espacio y este tema de delicado abordaje. Como nexo entre asociaciones de nuestra sociedad, la AADEA, es cierto he de dar un paso adelante e intentar haceros llegar la importancia real, práctica y verdadera, que la multidisciplinariedad puede aportar al manejo del paciente autoinmune. Podría comenzar como muchos terminamos muchas de nuestras presentaciones o charlas: “es necesario un abordaje multidisciplinar…”, y ahí queda. No, es necesario llevarlo a la práctica clínica diaria. No espero provocar un cambio “del sentío” como los andaluces escuchamos por algunas calles; cada cual tiene su experiencia, en su centro y en el mundo que le rodea… Que cada cual se sirva de lo de bueno que pueda sustraer de estas líneas para su praxis diaria.
La pérdida de la tolerancia inmune en los diferentes órganos y sistemas del organismo humano, ha llevado al concepto de “Enfermedad Autoinmune” como un pool de patologías multisistémicas que afectan a articulaciones, piel, médula y sangre, riñones, pulmones, hígado, intestino, páncreas, corazón, ojos, sistema nervioso y psique. Históricamente estas enfermedades eran calificadas como reumatológicas por la afectación conocida predominantemente articular, y los pacientes que las padecían eran valorados por Reumatólogos. Posteriormente, la Medicina Interna se escindió en General, Infecciosa y Autoinmune, dedicándose una parte de sus profesionales a este último tipo de patología. Los Nefrólogos, bien llamados Internistas con especial interés en la patología renal (permitidme o disculpadme por si existiera cierta parcialidad…), venimos dedicándonos también al campo de la Inmunopatología desde el inicio de nuestra especialidad, dentro del Trasplante y la Nefrología Clínica, ya que el riñón, víctima y verdugo, puede actúar de esponja o incluso “órgano linfoide secundario” según recientes publicaciones.
Los Oftalmólogos y Dermatólogos son parte esencial, motivo de interconsultas frecuentes de los más generalistas arriba nombrados.La Hipertensión Pulmonar, la Enfermedad Inflamatoria Intestinal y Hepatopatías Autoinmunes, el Guillén Barré y Miastenia Gravis, el síndrome Antifosfolípido… Son patologías entre muchas para las que cada especialista de área se prepara dentro de un mismo mundo de autoinmunidad.
Los Inmunólogos, no encerrados en su laboratorio sino con miras de expansión clínica, situación desde hace tiempo real en algunos centros de Europa, son los consultores habituales en inmunopatogenia e inmunoterapia para el Clínico. Los Genetistas, Bioquímicos, Biólogos…Según progresa la investigación, nos van contestando al por qué una célula inmune “equivocada” emite señales “desviadas” y eso acabe lesionando a uno u otro órgano, y así encontrar nuevas dianas terapéuticas en diferentes frentes de nuestra biología molecular, y aprovecho ya para añadir con ello a los Farmacéuticos en el manejo de la terapia inmunosupresora y la Enfermería en el más allá de la terapia médica, que tanto precisan los pacientes crónicos. Y qué me dicen de nuestros queridos Patólogos, cuyos informes con inmunofluorescencia o inmunohistoquímica incluídas, esperamos siempre en vilo para poder emitir un diagnóstico certero.
Por todo ello mi creencia de que sólo trabajando en equipo, desde la célula hasta el hombre, podremos abordar en profundidad estas enfermedades.
Esta es la visión de una joven e igual demasiado romántica Nefróloga de a pie a la que le fascinaba el Abbas ya en primero de carrera, las glomerulopatías poco después, y que desde el principio y más aún tras su experiencia, cree firmemente en la multidisciplinariedad y, por ende, en la necesidad de la creación de Unidades de Enfermedades Autoinmunes en los Centros de Atención Especializada y una relación más que virtual con los Centros de Atención Primaria. La clínica y la investigación se enriquece de esta variedad de puntos de mira.
Como Coordinadora de Relaciones con Otras Asociaciones de la AADEA, os animo a interaccionar y colaborar juntos con la confianza y seguridad de un rico feed back en el que todos, profesionales y pacientes, saldremos ganando con total convicción.
Me despido con un cariñoso saludo, más hacia todos mis compañeros de otras especialidades por hacerme cada vez más rica en el conocimiento médico, y a “mis” pacientes en el conocimiento médico y emocional.
Firmado: Adoración Martín Gómez
(La doctora Martín Gómez es especialista de Nefrología en el Hospital de Poniente, de Almería, y Coordinadora de Relaciones con Otras Especialidades en AADEA)
EL MÉDICO CRISTÓBAL MÉNDEZ Y SU OBRA RENACENTISTA PRECURSORA DE LA CINESITERAPIA REUMATOLÓGICA

INTRODUCCIÓN.- En pleno renacimiento, el médico Cristobal Méndez, nacido en Lepe hacia 1500, y vecino de Jaén, publicó en 1553 en Sevilla la obra titulada “ Libro del Ejercicio corporal y de sus Provechos…” (Imagen 1 y 2), que está considerado como el primer texto de cinesiterapia, que se escribió en Europa (1, 2, 3 , 4, 5, 6 , 7, 8 y 9). A pesar de que el libro de Méndez se publicó antes, el referente temático para las generaciones sucesivas fue el Arte Gymnastica de Hieronymi Mercurialis (Imagen 3), escrito 16 años después (7 ) y muy similar globalmente a la obra de Méndez. Como sabemos, actualmente una de las técnicas prescritas habitualmente en el tratamiento de las enfermedades reumáticas es precisamente la cinesiterapia, que ha tenido un desarrollo histórico acompasado con los demás procedimientos terapéuticos. Por otra parte, no tenemos conocimiento de que se haya realizado estudio alguno sobre el contenido específico del manual de Méndez en relación con la patología reumatológica, salvo un artículo preliminar nuestro.(10)

MATERIAL Y MÉTODOS.- Hasta 2005 se habían localizado seis ejemplares del libro de Méndez: respectivamente en Yale, Toledo, El Escorial, dos en la Biblioteca Nacional y uno en Viena. (8 pag:26) El ejemplar empleado para este estudio es una transcripción moderna tipo facsímil del “Libro del Ejercicio Corporal y de sus Provechos”, realizada por C armen García López, dentro de la publicación del Instituto Andaluz del Deporte de 2005 titulada “Cristóbal Méndez y su Obra. 1553”, que se completa con un detallado estudio acerca de su contenido (8). El libro del Ejercicio Corporal del Dr Méndez fue publicado en 1553 en la ciudad de Sevilla. La obra está dividida en cuatro tratados. El primero y el segundo tienen doce capítulos cada uno. El tercero nueve y el cuarto seis . Este trabajo es un estudio analítico del libro del Dr Méndez , cotejado con la bibliografía crítica localizada, siguiendo la metodología Historiográfica-Heurística.
OBJETIVOS.- Pretendemos con esta investigación valorar si el Dr Méndez, a través de su libro sobre el ejercicio corporal, puede considerarse un precursor de la cinesiterapia reumatológica actual . También queremos conocer su contenido general sobre las enfermedades del aparato locomotor.

RESULTADOS.- El libro de Méndez, basado en su experiencia, es un relato de cuestiones prácticas, con referencias a los autores clásicos, como Galeno, Celso, o Avicena. Para Méndez el ejercicio físico sirve para mantener y promocionar la salud; así como para recuperarla, cuando se ha perdido (Trat 1º Cap I y II). El ejercicio es beneficioso porque genera calor, uno de los cuatro elementos, junto con la tierra, el aire y el agua, que se consideraban, a la sazón, componentes esenciales de la materia. El ejercicio debe ser voluntario, tolerable, realizarse con agrado, de forma continuada y progresiva (Trat 1º, cap XII). Los ejercicios para los sentidos, memoria e inteligencia se describen en el tratado segundo, capítulos II,III, IV, V, VI y VII; para el tratamiento de las enfermedades el capítulo IX del tratado tercero. Destaca la importancia que atribuye al paseo, como forma de ejercicio común y asequible a todos, al que dedica el capítulo XI y XII del tratado segundo. Igualmente lo menciona en el tratado 3º, capítulo III , párrafo 6, Llegando a calificarlo como el mejor y más provechoso de los ejercicios. (Tratado 2º, Capítulo IX, Párrafo 11).
En cuanto a las enfermedades del aparato locomotor hay 24 citas. La más mencionada es la Gota, a la que se hace referencia en siete ocasiones (1º II 1; 1º II 2; 1º III 1; 1º XI 5; 2º XII 6; 3º VIII 4; 3º IX 4; 4º VI –bis- 3 ). El Mal de Hijada , donde se englobaría el actual Lumbago, es contemplado en seis (1º II 2 ; 1º III 1; 1º XI 5; 3º VIII 4; 3º IX 4; 4º I 5.) El término Reuma o Reumas aparece cuatro veces ( 1º XI 5; 2º XII 6; 4º II 5; 4º VI-bis- 5; ). También se habla de Ciática (1º XI 5), Mal de Junturas (2º XII 6) o Dolor de Costado ( 1º II 1). Asimismo, como miscelánea, Quebrantamiento Muscular (Agujetas) (3º III 2) y (4º VI -bis-7), Cojera (4º VI –bis- 2), y tullimiento (4º VI –bis- 2). Al describir por primera vez los fundamentos saludables del ejercicio físico, su forma y tiempo de practicarlo y algunas de sus indicaciones comunes y particulares, también para el aparato locomotor, podemos considerar a Cristóbal Méndez como un precursor de la cinesiterapia reumatológica.
CONCLUSIONES:
1.- El médico español, Cristóbal Méndez, fue un precursor de la cinesiterapia reumatológica actual.
2.-En el contenido de su libro hay 24 referencias a enfermedades del aparato locomotor, que desde el punto de vista nosológico, están en consonancia con los conocimientos de su época.
.3.-Con este trabajo contribuímos a la reivindicación del lugar histórico que corresponde al médico español Cristóbal Méndez , como autor del primer libro sobre cinesiterapia que se publicó en Europa y continuamos en nuestra línea de aportar elementos historiográficos a la reumatología española.
Autor Principal: Manuel Tenorio Martín (1)
Coautores: Rocio Tenorio Villegas (1) y Manuela C Camacho Macias(2)
Lugares de Realización.- (1) Hospital Juan Ramón Jiménez. SAS. Huelva. (2) Hospital Universitario de Ceuta.(2)
Correspondencia: Manuel Tenorio Martín. C/ Velarde , 32 . 1º Izq.
E-mail: manutenor@hotmail.com. Tfno: 680 665 230.
CORREN MALOS TIEMPOS PARA LA LIRICA.
Hola a todos y feliz año 2013.
En estos días de tranquilidad casera, con tiempo para leer el periódico, veo esta noticia que quiero compartir con vosotros:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/03/actualidad/1357232717_526069.html
Recojo algunas perlas: “Pendiente desde la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias de 2003, el Ministerio de Sanidad ha ultimado por fin su reforma.” “Si no se producen muchos cambios —lo que no parece en un proyecto que empezó a gestarse en 2008”“Pero, sin duda, dos han sido los aspectos que más controversias han levantado. Se trata de si se convertía en especialidades a la medicina de urgencias y emergencias y a la de infecciones y microbiología”“una categoría especial, las llamadas áreas de capacitación específica (¡aquí, aquí, estamos nosotros!). Estas son una especie de subespecializaciones a las que solo se accede después de acabar el MIR y ejercer dos años. ““si las urgencias y emergencias deberían considerarse una especialidad”, afirma en el borrador. Pero concluye que ha habido especialidades (Medicina Interna, Familiar y Comunitaria e Intensiva) que opinaban que no. Y les ha hecho caso, pese a que el PP apoyaba la creación de la especialidad la legislatura pasada.”
“Con el área de capacitación se reconoce que hace falta una formación específica, pero se deja en manos de la voluntad de los interesados”, (¡hurra por el voluntarismo!).“Ambos médicos creen que al relegar sus áreas le quitan atractivo. “¿Quién va a querer hacer una especialidad, esperar dos años y empezar otra vez en lo nuestro?””, (¡pues, el internista en el caso de las EAS, digo yo!).En fin, confiando en la buena voluntad de quienes dirigen el cotarro, aún tenemos alguna esperanza de recibir el amparo administrativo necesario.
Fdo.: Enrique de Ramón Garrido
FÁRMACOS INMUNOSUPRESORES. UNA VISIÓN PRÁCTICA PARA PACIENTES