DISTINTOS MÉTODOS TERAPÉUTICOS EN EL ARTE

PRESENTACIÓN

El doctor Javier Ortiz González ha sido, y es, uno de esas personas que uno celebrará siempre, de una manera especial, que se hayan cruzado en su vida. Este salmantino, de Lumbrales, se licenció en Medicina, en 1970, en Salamanca. Máster en Gerencia y Dirección de Hospitales por la Universidad de Granada en 1990, Diplomado en Gestión de Calidad de los Servicios de Salud por Universidad Politécnica de Valencia y Diplomado en Metodología de Control de Calidad asistencial por el Hospital Santa Cruz y San Pablo de la Universidad Autónoma de Barcelona. El doctor Ortiz ejerció, entre otros destinos, como médico de APD y como médico del Ejército del Aire (durante 11 años), para recalar posteriormente en Sevilla y dedicarse intensamente a la gestión sanitaria: director médico, sucesivamente,  de los Hospitales de Valme, Clínico Universitario y Virgen del Rocío; Jefe de Servicio de Programas de Salud Pública de la Consejería de Salud, e Inspector Médico de la Delegación Provincial de Salud de la Junta de Andalucía. Fue a partir de su incorporación  como Director en mi Hospital, el Virgen del Rocío, cuando comenzó entre nosotros una amistad que no ha hecho más que reforzarse en el tiempo (Director... y sin embargo amigo ¡cosa extraña! o, por lo menos, poco corriente). Un día en que le  presenté una solicitud para celebrar un curso de doctorado en el Hospital me comentó algo que yo no conocía: resulta que el doctor Ortiz es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla. Como el tema del curso era la uveítis autoinmune se me ocurrió proponerle que lo inaugurara con una charla sobre enfermedades del ojo en la historia del arte. Fue un éxito. A partir de entonces lo “metí  en nómina” para todo curso o mesa redonda que organicé (tanto desde el punto de vista científico, como social y formativo en el seno de la asociación ALUS de pacientes autoinmunes fundada por nuestro equipo). La profundidad y extensión de los conocimientos del doctor Ortiz (en Historia, Arte, Literatura y todo lo que tenga que ver con Humanidades) contrasta con la fluidez y cálida sencillez de sus charlas, siempre “sin papeles; como conferenciante o, en distancias cortas, como conversador poliédrico, inagotable y divertido. Confesaba Ortega que el mayor elogio que recibió en su vida fue el comentario “despectivo” de un chavalito que acudió a una conferencia del filósofo; al salir de ella, le iba comentando a su padre “Pues... a mí no me parece que sea tan listo como dicen: yo lo he entendido todo”. He querido traer a este rincón de “rebotica”, de nuestra web, la participación de mi querido amigo, Javier, para que nos comente...lo que él quiera, sobre Medicina y Arte (al fin y al cabo, la misma cosa.) Lo va a hacer en varias entregas,  a su estilo, dejando volar su imaginación e  invitándonos a asomarnos con él, a ratos perdidos y sin grandes compromisos, por el ojo de la cerradura de la pequeña-gran Historia de la Medicina.

Julio Sánchez Román
Secretario de AADEA

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