EL AMOR COMO TERAPIA… Y COMO ENFERMEDAD

PRESENTACIÓN

Amor... con amor se cura.

O por lo menos eso es lo que afirma el dicho popular. El doctor Javier Ortiz acude nuevamente a nuestra Tribuna. Si fue la Música y su relación con la Medicina el motivo de su anterior colaboración, es de la pasión amorosa de lo ahora nos va a hablar. Y lo hace con la amenidad y profundidad habituales en el. Médico vocacional y con una “incurable” curiosidad por todos los aspectos del humanismo (ya conocen la cita de Terencio: “Hombre soy y nada de lo humano me es ajeno” aunque, en el contexto en que fue pronunciada, la frase es bastante más pedestre de lo que parece)*, posee amplios conocimiento de Historia (es historiador), de Literatura, de Pintura, de Música... Ello le permite relacionar magistralmente las discusiones filosóficas de la antigüedad clásica con las escenas representadas en obras maestras de la pintura, escudriñando y desentrañando todo su simbolismo. Tras un análisis inicial del doble carácter del Amor, partiendo de “El Banquete” de Platón, como causante y a la vez como remedio de enfermedad, el doctor Ortiz nos introduce en dos “ejemplos prácticos” basados en sendos escenarios histórico-artísticos. Pero lo hace con la precisión y metodología propias del “arte médico”, convirtiendo en brillante exposición de “un caso clínico” algo que podría reducirse a un culebrón de la época; digno, “mutatis mutandi”, de cualquier programa televisivo sensacionalista actual.

Anselm Friedrich Feuerbach. El Banquete de Platón

*Nota: Mientras el labrador Menedemo se desloma trabajando, su vecino Cremes, un cotilla redomado, no hace más que incordiarle con preguntas y comentarios impertinentes. Cuando el primero le pide que lo deje en paz y que no se meta en cuestiones que no le importan, Cremes responde: “Hombre soy, etc., etc...” (Versión un tanto libre de “Heautontimorumenos” o “El atormentador de sí mismo”, de Publio Terencio Afro, 185-159 a.C.) Mucho menos solemne la frase vista así ¿verdad?

Julio Sánchez Román
Secretario de AADEA

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