LA TUBERCULOSIS Y LOS DETERMINANTES SOCIALES DE SALUD

PRESENTACIÓN

Cazadores de microbios…

Cazadores de microbios”, la extraordinaria obra de Paul Henry de Kruif que se cruzó en el camino de aquel muchacho que fui en mi ya lejana infancia-adolescencia. Esa fascinante epopeya sobre las figuras fundamentales de la microbiología (desde el adusto y visionario fabricante de lentes Anton van Leeuwenhoek, primer ser humano en ver el universo oculto de los microbios, hasta Paul Ehrlich, el jovial bon vivant que ideó la mítica bala mágica capaz de destruirlos). Aquella obra fue, junto con otras que ya mencioné en alguna ocasión, “culpable” de mi temprana vocación médica. Si aún no la han leído, háganlo; es un viaje que merece la pena.

Andando el tiempo, he tenido la inmensa fortuna de conocer a uno de estos implacables y tenaces cazadores modernos: mi querido y admirado amigo, el doctor Rafael Luque Márquez. Licenciado en Medicina por la Universidad de Córdoba, lo conocí durante su periodo de formación, cuando realizaba una rotación temporal como residente (ya con la brújula apuntando hacia las enfermedades infecciosas) en mi hospital, el Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Años después regresaría a él, esta vez como Facultativo Especialista de Área del Servicio de Enfermedades Infecciosas.

Desde entonces, su labor, tanto investigadora (orientada fundamentalmente a las áreas de tuberculosis e infecciones por micobacterias no tuberculosas, Infecciones cardiovasculares y tratamiento antibiótico endovenoso domiciliario) como asistencial, ha sido incesante: autor de un centenar de publicaciones en revistas nacionales e internacionales; investigador en una decena de proyectos financiados en convocatorias competitivas públicas y privadas; coautor de cinco libros sobre enfermedades infecciosas (uno de los cuales ha tenido la gentileza de cedernos y ya aparece en nuestra web). Es miembro de las sociedades de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Andaluza de Enfermedades Infecciosas (SMICEI) y Española de Infecciones Cardiovasculares (SEICAV). Forma parte del grupo creador del Programa DOMUS (para el tratamiento antibiótico endovenoso en el domicilio para la ciudad de Sevilla y su área metropolitana, pionero en Andalucía y con trece años de trayectoria).Asimismo, es miembro del Comité Organizador de la Jornada de Tuberculosis de Sevilla, de la que ya se han celebrado ocho ediciones, y del grupo impulsor de la Comisión de Tuberculosis de la ciudad.

Es este último aspecto el que, a mi entender, marca fundamentalmente la personalidad médica del doctor Luque: su lucha incesante e intensa en la erradicación de esa plaga que es la tuberculosis, especialmente (y “de manera especial”), en las áreas socialmente más deprimidas de nuestra provincia, en las que las deplorables condiciones sociosanitarias (pobreza, precariedad higiénica, desempleo y otros males estructurales) constituyen un excelente caldo de cultivo para esta enfermedad. Recuerdo (permítanme la licencia) aquel chiste norteamericano, malísimo, como casi todos los de allí, en el que un juez pregunta al famoso ladrón Willie Sutton por qué roba bancos. “Porque ahí está el dinero”, responde.

Y uno, paralelamente, no puede evitar preguntarse: ¿por qué esa tozuda dedicación del doctor Luque al Polígono Sur, a Candelaria, a Amate, a Torreblanca…? La respuesta es sencilla: “Porque ahí está el bacilo de Koch” ¿Más claro?

Permítanme, para terminar, subrayar un rasgo de su personalidad que él mismo reivindica con orgullo: “algo que no figura en mi currículum —dice— es ser amigo de mis amigos, algunos de ellos desde hace muchos años”. Y doy fe: cada vez que he necesitado de sus consejos y de sus vastos conocimientos en el terreno de las enfermedades infecciosas, siempre lo he encontrado al otro lado del teléfono. Siempre.

Julio Sánchez Román
Secretario de AADEA

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