LA CALIDAD DE LA MEDICINA COMO OBLIGACIÓN DEONTOLÓGICA

PRESENTACIÓN

«Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal»

El “imperativo categórico” de Immanuel Kant (en cualquiera de sus formulaciones) es una constante en el pensamiento de José María Domínguez Roldán. Doctor en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de Sevilla con Premio Extraordinario de Doctorado, Médico especialista en Medicina Intensiva y Jefe Clínico de la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Virgen del Rocío, el doctor Domínguez Roldán tiene que desenvolverse cotidianamente en un ambiente de máxima dificultad. Los Intensivistas son los compañeros indispensables en los que tantas veces hemos buscado ayuda nosotros, los que nos dedicamos a un tipo de enfermos en los que puede desencadenarse, de forma abrupta e inesperada, una “Dana” de consecuencias gravísimas, frente a la que hay que actuar según el antiguo aforismo terapéutico de “dar pronto, dar fuerte y dar bien”. Especialmente “dar bien” (ello podría sintetizar dicho aforismo, e incluso condensar la máxima kantiana). En estas situaciones, es “imperativo” utilizar la máxima evidencia científica (como afirma el doctor Domínguez) pero, como muy pronto descubren, con asombro, los médicos jóvenes recién egresados de la Facultad, no siempre (o casi nunca) es suficiente con seguir el protocolo establecido. No todo es previsible ni todo está previsto en la norma escrita. Y es ahí donde brilla, en todo su valor, la personalidad única de cada médico (o cada equipo): llegar con su “experiencia”, donde no llega la “evidencia”; y suplir con “imaginación”, donde no alcanza la “experiencia”. Y todo ello con un sustrato de “incertidumbre” que siempre está presente en el ejercicio de la Medicina (Si, en ciencias exactas, como la Física Cuántica, rige el principio de incertidumbre de Heisenberg ¿Cómo no va a regir en este oficio nuestro, en el que aparte de ciencia, hay un mucho de arte e incluso un tanto de magia?). Esa carga, la incertidumbre, a la que no debemos ni podemos renunciar y que nos obliga a tomar decisiones responsables, a veces difíciles y trascendentes, y a tomarlas ahora, sin demora, con valentía. Aceptando las consecuencias. Venciendo la angustia y el temor. Porque, en ello, puede ir la vida de un ser humano: “Cuatro cosas tiene el hombre/ que no sirven en la mar/ ancla, gobernalle y remos,/ y miedo de naufragar” (Antonio Machado).

En estas difíciles situaciones, además de lo que se nos exige de cara a la ciencia, no son pocos los problemas éticos y deontológicos que se nos plantean (en realidad en todos los campos de la Medicina) en cuanto a respeto, bienestar, seguridad y dignidad del paciente. Como comentaba líneas arriba, su abordaje ha sido una constante en la vida del doctor Domínguez. Su formación y su actividad en este terreno son inmensas. Muy resumida y parcialmente: Doctor en Bioética y Máster Universitario en Bioética por Universidad Católica de Valencia, Experto Universitario en Bioética por la Universidad de Granada y la Escuela Andaluza de Salud Pública, Profesor Asociado del Departamento de Medicina de la Universidad de Sevilla (área de ética médica), Presidente de la Sociedad Andaluza de Bioética... Presidente de la Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios de Médicos de España, miembro de la Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Médicos, Coordinador de la Estrategia de Bioética del Sistema Sanitario Público de Andalucía...En el artículo que ha tenido la amabilidad de permitirnos reproducir, el doctor Domínguez analiza profundamente la calidad de la Medicina como obligación deontológica, haciendo repetidas alusiones a la última edición del Código de Deontología Médica del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, en cuya elaboración ha participado muy activamente como Presidente de la Comisión Deontológica (en su trabajo incluye enlaces a este documento). Le doy efusivamente las gracias y espero contar en el futuro con nuevas aportaciones del doctor Domínguez Roldán en esta Tribuna.

Julio Sánchez Román
Secretario de AADEA

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