TERTULIAS DE REBOTICA

PRESENTACIÓN

“...Unos tíos raros, que se dedican a cosas raras”

Así nos definió (y se autodefinió), a los forofos de las enfermedades autoinmunes, en aquella ya lejana reunión de la Sociedad Española de Medicina Interna, celebrada en Lanzarote y en la que comenzó a gestarse el Grupo Español de Enfermedades Autoinmunes (GEAS), mi querido amigo Lucio Pallarés, quien sería su primer Presidente.

Tengo el honor de presentaros en esta Tribuna, de ”raros” a alguien de cuya amistad me enorgullezco. Manuel Pérez Fernández. Brevemente (aunque él insiste en que hoy en día es solo un “boticario de a pié”), en el palmarés de este Licenciado en Farmacia por la Universidad de Sevilla, nacido en Osuna, destaca el haber sido Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla durante 25 años, y Patrono de la Fundación Avenzoar y de la FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras), vocal del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos, miembro  del Consejo Asesor del ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Profesor de estudios universitarios de posgrado, y Consejero de Previsión Sanitaria Nacional; y el continuar siendo presidente de MEHUER (Fundación Medicamentos Huérfanos y Enfermedades Raras) y etc. etc. (que es lo que pega aquí).  En relación con estas, sus “rarezas”, ha participado en, y organizado y presidido, numerosos Seminarios y Congresos Internacionales sobre Enfermedades Raras y Medicamentos Huérfanos (en alguno de ellos he tenido el honor de ser su invitado como ponente). Por todo ello, en reconocimiento a su labor, ha recibido numerosos premios y distinciones cuya enumeración iba a ser muy tediosa por lo extensa, la verdad.

Pero no es de “enfermedades raras” (aunque lo tengo emplazado para ello), de lo que nos va a hablar hoy nuestro protagonista sino, excelente conocedor del tema, de las tertulias de rebotica, de aquellas memorables reuniones, presididas por la figura indiscutible del boticario en su propio “reino” y en las que no faltaba el médico, el notario, el cura, el dueño de la bodega (no olvidemos que “botica” y “bodega” tienen una raíz semántica común: la “apoteca”, αποθηκη, griega)... y en las que se trataba de lo divino y de lo humano. De la medicina en particular y de las ciencias en general (que ya, entonces, “adelantaban que es una barbaridad”), de política, de economía...de lo más común y de lo más “raro”.

Estas tertulias, como nos cuenta Manuel Pérez, han ido sufriendo, a lo largo del tiempo, una decadencia creciente. Sin embargo, pienso, esta Tribuna de Asociados, puede ser algo así como una añoranza de aquellas reboticas. Contamos con sanitarios de profesión que extienden su curiosidad y su afición por asuntos muy variados, unas veces relacionados y a veces muy apartados de su oficio: por la Historia, por la Filosofía, por el Arte, por la Literatura, por la Astronomía, por la Psicología, por la Ética, por la Inteligencia Artificial (a este ya lo conocéis)... Otro de nosotros (él sabe a quién me refiero) ¡hasta por la Mecánica Cuántica!

Querido Manuel, como ves, “raros” no nos faltan. En esta Tribuna estarás como en tu casa (como en tu rebotica, quiero decir). Pero... un momento ¿Somos tan raros? “...el médico que sólo sabe de medicina, ni eso sabe” decía Letamendi. Y, antes que él, Sushruta, el médico indio nacido (fecha discutible) 600 u 800 años antes de Cristo, sentenciaba “...el médico [y el boticario, diría yo] que sólo sabe medicina, y no sabe nada de la persona que trata, es como un asno cargado de sándalo que desconoce la riqueza de la carga que trasporta”.

¡A ver si, parafraseando y retorciendo un poco a Sartre, va a resultar que...”los raros son los otros”!

En tanto que la literatura investiga y se deja arrastrar por el

impulso científico, la medicina penetra al reino de las letras; se

escriben libros de clínica tan amenos como una novela.

(Rubén Darío; “Los raros”)

 

José Solana. Reunion en la botica

Julio Sánchez Román
Secretario de AADEA

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